Desde el viernes 17 de mayo, los 21 millones de habitantes de la Ciudad
de México y la circundante área metropolitana se ahogan en un caldo de
contaminantes producidos por una oleada de incendios forestales y quemas
agrícolas, la circulación de más de seis millones de vehículos, miles
de actividades industriales, y hasta el vecino volcán Popocatépetl, que
tuvo una explosión el jueves por la mañana, lanzando al aire cenizas en
una columna mayor a los 1.200 metros. Aún las lluvias que cayeron por la
tarde del miércoles fueron ensuciadas por el aire por la presencia alarmante de partìculas suspendidas PM 2.5,
van
cuatro días de la contingencia ambiental declarada por el gobierno de la
ciudad, con restricciones al uso de vehículos, cierre de escuelas
primarias, recomendaciones de no hacer actividades al aire libre, y, en
el caso de niños, adultos mayores, y personas con problemas
respiratorios y cardiovasculares, de quedarse adentro de sus casas con
ventanas y puertas cerradas. También recomiendan no cocinar con gas,
leña o carbón. Entonces, a comer comida fría.
Puede disminuirse el manto de contaminación que cubre el Valle de México, pueden los incendios extinguirse y llegar las lluvias estacionales, pero las PM 2.5 se quedarán alojadas en el organismo de los habitantes de la área metropolitana para siempre. Y son carcinógenas.
Puede disminuirse el manto de contaminación que cubre el Valle de México, pueden los incendios extinguirse y llegar las lluvias estacionales, pero las PM 2.5 se quedarán alojadas en el organismo de los habitantes de la área metropolitana para siempre. Y son carcinógenas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "se
estima que la contaminación ambiental del aire, tanto en las ciudades
como en las zonas rurales, fue causa de 4,2 millones de muertes
prematuras en todo el mundo por año; esta mortalidad se debe a la
exposición a partículas pequeñas de 2,5 micrones o menos de diámetro (PM
2.5), que causan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, y
cáncer." Recientemente se ha establecido que respirar PM 2.5 acelera la
muerte de personas con diabetes.
Lo que de entrada falta es que los gobiernos de la Ciudad de México y
del país anuncien de inmediato las acciones pertinentes que tomarán
para abatir esta contaminación monstruosa, empezando con la prohibición
de la quema agrícola y un control auténtico —no retórico— del tráfico de
automóviles y de la deforestación en las calles, parques, barrancas,
bosques y campos del Valle de México (y del resto del país). Además, los
métodos de comunicación con la población sobre esta emergencia
ambiental han sido irrisorios.
En 1992, la ONU calificó a la Ciudad de México como la ciudad más
contaminada del mundo. La primera contingencia ambiental se declaró el
16 de marzo de 1992, cuando el ozono alcanzó los 398 puntos IMECA.
El Ìndice Metropolitano de la Calidad de Aire (IMECA) se divide en 5 categorías. Para simplificar su interpretación cada intervalo se representa mediante un color.
Artìculo tomado de: https://elpais.com/internacional/2019/05/18/mexico/1558134179_891497.html (20-05-2019)