lunes, 10 de noviembre de 2014

Aire, aire, aire...




Aire, aire, aire,
pedían mis pulmones.
Ya respiro aire
de mi huerta,
el aire de los pinos
-no aire viciado,
no aire de cenizos-.
Respiro aire de los cuatro puntos:
Norte, Sur, Este, Oeste.
Oh el aire entre barrotes
de prisión carcelera...
Oh el aire del desierto:
caliente, abrasador...
Oh el aire negro
ensuciando los alvéolos
de mi pecho.
Aire matinal
entre olivos cenicientos.
Aire de sol naciente
entre las palmeras del desierto.
Aire de atardecer
por entre los montes del Espino
Aire de anochecida
por entre los juncos del río,
jugando a la rueda, rueda...,
del mar el camino.
Ya respiro aire:
libre he salido
del Laberinto,
que un día entré,
siendo niño,
buscando, huérfano,
el calor de un nido. 
Salvador
Fuente: http://www.mundopoesia.com

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