Venezuela: Diseñan planta para reciclar materiales tóxicos de baterias
Pedro Delvasto inició en enero un proyecto que concluirá en dos años con el diseño de una planta de tecnología abierta y apropiable capaz de procesar estos productos para extraer los materiales tóxicos en forma de compuestos químicos que puedan ser destinados a otros usos industriales. Cuenta con financiamiento del Programa de Proyectos Estratégicos Fonacit 2011
http://www.funindes.usb.ve Foto: Alfredo Terán
Una vez depositadas en la basura, las pilas y
baterías gastadas de uso doméstico se convierten en un problema para el
ambiente y la salud humana debido al material tóxico que contienen. La
dificultad es aún más grave en un país como Venezuela, donde aunque
muchos ciudadanos reconocen el potencial dañino del material, no cuentan
con los mecanismos adecuados para disponer este tipo de desechos de
forma segura o para recuperar sus componentes metálicos para otros usos.
Este panorama motivó a Pedro Delvasto, doctor en Ciencias de los
Materiales y profesor de la Universidad Simón Bolívar, a presentar al
Programa de Proyectos Estratégicos del Fondo Nacional de Ciencia y
Tecnología e Innovación (Fonacit), un proyecto para diseñar una planta
piloto con tecnología sencilla y apropiable para el procesamiento de
pilas y baterías gastadas con el objeto de reciclar níquel, cadmio y
otros metales.
La idea, explica Delvasto, es que a través de la planta, los
metales que integran las pilas se recuperen en forma de compuestos
químicos que puedan tener otras aplicaciones. “El conocimiento generado
será de uso libre y estará disponible en Internet para que cualquier
persona, comunidad, consejo comunal, organización o emprendedor pueda
usar esta tecnología”. De esta forma, se obtendría un beneficio para el
ambiente a través de una forma de negocio, puesto que los compuestos
extraídos podrían venderse a las industrias que los requieran.
El proyecto, introducido en la convocatoria 2011 del Fonacit para
Proyectos estratégicos y cuya administración corre a cargo de la
Fundación de Investigación y Desarrollo, Funindes USB, recibió la
aprobación el año pasado para beneficiarse con un financiamiento por Bs.
1.400.000 durante dos años.
En enero, Delvasto junto con los estudiantes de la maestría de
Ingeniería de Materiales Mariángel Berroterán, Mariana Escalante, Raúl
Orta, Manuel Dos Ramos, Juan Balza y Julio Casal, iniciaron la primera
fase del proyecto que consiste en la deconstrucción de la mayor variedad
posible de pilas y baterías que se comercializan en Venezuela, a fin de
caracterizar los componentes que conforman su estructura interna.
“Esta
tarea está generando información básica acerca de los materiales que
contienen las pilas y baterías ya gastadas, lo que nos llevará a
establecer la mejor estrategia de separación de esos materiales para
aplicarlo luego al diseño conceptual de una planta de tratamiento a
pequeña escala”, indica Delvasto, adscrito al Departamento
de Ciencias de los Materiales, quien apunta que el proyecto generará
ocho trabajos de grado de pregrado durante los dos años de su ejecución.
¿Qué contienen las pilas?
Se conoce que varios de los componentes de fabricación de
pilas y baterías pertenecen a la categoría de metales pesados, los
cuales resultan tóxicos y nocivos. Entre ellos destacan: mercurio,
níquel, cadmio, litio, plata, manganeso y zinc.
En los estudios de caracterización que está llevando a cabo el equipo
de trabajo del proyecto, se ha comprobado la existencia de estos y
otros materiales. Por ejemplo, en las pilas alcalinas se ha determinado
la presencia de manganeso, zinc y bario; en las pilas recargables, de
cadmio y níquel; en las pilas tipo botón (empleadas para relojes y
calculadores), se ha encontrado plata, mercurio, plomo y litio.
La información que están recopilando será útil
para diseñar el proceso de separación magnético de los componentes
dentro de la planta, así como la fase hidrometalúrgica que consiste en
la extracción acuosa de los compuestos. Además de la identificación de
los materiales que integran la pila, los estudiantes están determinando
en el proceso de deconstrucción –que se hace de forma manual- cuánto
pesa cada componente, dato que también será empleado en el diseño de la
planta.
Los análisis químicos preliminares realizados a dos de los tipos de
pilas alcalinas más comunes en el mercado nacional, indicaron los
estudiantes, han demostrado que poseen el más alto nivel de alcalinidad
(pH 14), el cual resulta sumamente dañino para el ambiente.
Seis pilas contaminan el agua para 14.000 personas
Para ilustrar la magnitud de contaminación de las pilas y
baterías gastadas, el profesor Delvasto hace el siguiente cálculo: seis
pilas recargables del tipo más común, aquellas que contienen
níquel-cadmio como componentes principales, son suficientes para
contaminar 2,5 millones de litros de agua. “Con esta cantidad de agua podríamos suplir las necesidades básicas diarias de 14.000 personas”.
El proceso de corrosión del embalaje externo de la pila y la
posterior liberación de los metales en las pilas y baterías gastadas
comienza entre seis meses y dos años después de su disposición final y
se acelera luego con el agua de la lluvia. “En Venezuela, las pilas
van a parar a rellenos sanitarios que no tienen controles, donde
reaccionan por la interacción con otros tipos de desechos urbanos y con
el suelo, lo cual provoca que se liberen los metales pesados con más
facilidad”.
La falta de información sobre el
consumo per cápita de pilas en Venezuela, así como la práctica
inexistencia de estudios profundos de impacto ambiental relacionados con
el uso, manejo y disposición final de pilas y baterías para equipos
electrónicos de uso personal, señala Delvasto, genera gran incertidumbre
acerca de la magnitud de este problema ambiental en nuestro país.
Tomado de: http://noticias.masverdedigital.com/venezuela-disenan-planta-para-reciclar-materiales-toxicos-de-baterias/Fuente: Fundación de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar (Funindes)
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