martes, 11 de agosto de 2015

Mis vacaciones en 2014



En las vacaciones pasadas fui a varios sitios de nuestro hermoso país. Compartir con mucha gente, respirar otros aires y ver otros ambientes es una vivencia gratificante. La idea de este corto relato es dar a conocer las cosas agradables, así que les cuento lo siguiente:
Primero visité el Estado Zulia, una zona llamada La Cañada de Urdaneta. Su gente muy cálida y agradable. Un sitio con pocos espacios verdes, pero con un sol radiante y caluroso. Sus calles áridas y con poca vegetación pero muy bien cuidada. Luego, fui a la ciudad de Maracaibo. Me recordó mucho a Caracas con su caos del tráfico, la gente, la basura acumulada en sus calles y un calor agobiante. Pero todo se disimula con la calidez y picardía de la gente y con los bellos monumentos del casco histórico, por cierto muy bien cuidados.

Luego visité la Ciudad de San Cristóbal. Dicen que es la ciudad de la cordialidad, pues muy cierta esta afirmación. Su gente amable, respetuosa y cordial. De esta ciudad, percibí muy poco caos. A diferencia del calor y la aridez de la ciudad anterior, en esta había espacios verdes y tuve el placer de conocer el parque Metropolitano. Parque que sirve de esparcimiento a sus habitantes por sus grandes caminerías y un complejo deportivo amplio. Se respira aire limpio y fresco y una paz abrumadora, aunque al salir de allí te encuentras con una gran avenida por donde transitan carros, camionetas, motos (la paz se ve interrumpida). Al seguir el recorrido por esta bella Ciudad me encontré con una plaza llamada María del Carmen Ramírez, en honor a la heroína Tachirense quien prestó ayuda a Simón Bolívar en la guerra de independencia. Sin embargo, esta plaza es conocida, entre sus habitantes, como plaza los mangos, (he de suponer que se le da este nombre por la gran cantidad de árboles de mango). Lamentablemente la plaza se encuentra llena de grafitis y un poco descuidada. También visité dos poblaciones pequeñas pero muy singulares: una es San Pedro del Río típico pueblo tachirense con grandes calles de piedras y casas, con una estructura colonial que embriaga con la belleza de sus jardines y la otra el pueblo de Rubio con mezcla de lo colonial con la arquitectura moderna, posee una hermosa iglesia conocida como la catedral de Rubio con una estructura Gótica y Románico, tiene grandes vitrales, con sus colores inundan el interior del templo, dándole una elegancia majestuosa.

Para cerrar, solo les puedo decir que Venezuela es un país con grandes bellezas naturales no la descuidemos tanto y cuando visitemos cualquier población valoremos cada rincón y cada cosa que nos regala. Hasta otra oportunidad.

Florymar Robles Álvarez
Universidad Nacional Abierta

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