lunes, 17 de octubre de 2016

"TOMÀS Y LA ENERGÌA ELÈCTRICA, UNA CHARLA CON EL ABUELO"

Tomás, es un niño de 10 años que por las tardes, suele ir a casa de su abuelo para invitarlo a merendar. Después de leer un cuento y hablar un poco, salen para tomar la merienda.

Un día al ir a casa, al pasar por la feria Tomás asombrado le dijo a su abuelo -¡Cuántos juegos! ¡Cuántas luces de colores! El abuelo contestó- Antes no había electricidad. ¿Te imaginas, Tomás?
El niño se queda pensativo y le responde al abuelo – ¿Será que un señor empujaba a los caballitos? ¿Y en las calles se usaban velas? ¿Fue así abuelo?
 Y el abuelo respondió -Mi papá platicaba que el sereno encendía por las noches los faroles en las calles y gritaba la hora. Era más difícil hacer de comer, pues las señoras no tenían licuadora para moler el jitomate y las casas se alumbraban con velas -Tomás le interrumpe para preguntar- ¿Qué hacían en las tardes, abuelo? ¿Cómo se divertían?
 Las personas tenían más tiempo para platicar, si algún miembro de la familia sabía tocar algún instrumento, se reunían para escucharlo –dijo el abuelo. Tomás detuvo por un momento la marcha y se quedó pensando, luego volvió a preguntar al abuelo ¿Por qué nosotros tenemos luz?
- ¡Ah! Porque durante años y años mucha gente pensó y trabajó y, pensando y trabajando, descubrieron la energía eléctrica. -¿Y cómo se hace la energía eléctrica abuelo?
- De muchas maneras. Te voy a platicar una. En ciertos lugares han construido grandes edificios donde se quema el carbón, gas o aceite en unos depósitos que se llaman calderas. Al quemarse, se produce vapor de agua, que mueve unas enormes aspas y éstas, a su vez, mueven el generador eléctrico. De esta manera se genera la electricidad que luego se distribuye a todos los lugares que la requieren.
- Y sí que se requiere, en la casa la usamos para tantas cosas – dijo Tomás por ejemplo, en el desayuno se utiliza la licuadora para preparar la salsa, el extractor para hacer el jugo y el tostador de pan.
-Bueno, y sólo mencionaste el desayuno, imagínate para todo lo que se utiliza- dijo el abuelo, y continuó– las personas necesitan algunos aparatos eléctricos para hacer su trabajo.

Tu mamá, por ejemplo, que es secretaria, tiene en su trabajo una computadora, y el señor que ayer vino a soldar la puerta trajo su soldadora que también requiere de energía eléctrica para poder funcionar.
-¡Mira abuelo! Los semáforos, los postes de luz y el trolebús también necesitan electricidad.
- Hasta en los lugares muy, muy lejanos, existe la energía eléctrica –Dijo el abuelo y agregó -¿Recuerdas cuando fuimos a mi pueblo?
-¡Claro! Lo que más me gustó fue el quiosco adornado con focos de colores.
- Para que la energía eléctrica llegue a todos los lugares se necesita mucho trabajo y mucho dinero. Por eso todos debemos cuidarla y no desperdiciarla. En casa podemos hacer muchas cosas para ahorrar energía.
- Sí abuelo voy a apagar la luz de mi cuarto cuando no la esté ocupando, ¡Desde hoy ahorraré energía eléctrica!
-¡Muy bien! Mañana platicaremos de otras formas en que puedes ahorrar electricidad, pero ahora, caminemos rápido, que nos esperan para cenar.



Tomado de:  http://yackeline2012.blogspot.com/2012/06/cuento.html (17-10-2016)

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