El 28 por ciento de las especies de aves Psitaciformes -loros,
guacamayos, cacatúas, papagayos, periquitos o cotorras- se encuentran en
estado crítico de conservación, según un estudio de BirdLife International y de la Australian National University. El estudio, publicado en la revista científica Biodiversity Conservation,
constata que este grupo de aves se sitúa entre los más amenazados del
planeta, al mismo nivel que las aves marinas y por delante de las
rapaces, y apunta.
"Los loros son apreciados por su capacidad de
imitar la voz humana, y cuanto más colorida y rara es una especie más
codiciada es su posesión, por lo que podríamos decir que son víctimas de
su belleza y de su inteligencia", ha explicado Jorge Fernández Orueta,
técnico del Área Internacional de SEO/BirdLife.
Por su parte,
Stuart Butchart, director científico de BirdLife International, ha
recalcado que los loros en su conjunto afrontan uno de los mayores
índices de extinción y hasta el 56 por ciento de las especies se hallan
bajo algún nivel de amenaza. "Afrontan un amplio abanico de peligros -ha
explicado-, pero la pérdida y degradación del hábitat forestal, la
expansión agrícola, la caza y el trampeo son los más sobresalientes".
LOS MÁS VULNERABLES
La
situación es especialmente alarmante en tres tipos de loros, los que
tienen una pequeña distribución histórica -como los que habitan en
islas-, los de mayor tamaño -más longevos pero con pocas crías y que
alcanzan la madurez sexual más tarde- y los que viven en zonas boscosas
sometidas a procesos de deforestación.
Jorge Fernández ha
explicado que las aves de gran tamaño no suelen formar poblaciones
grandes, lo cual les expone más a la caza furtiva, mientras que los
loros que viven en bosques suelen anidar en cavidades de árboles y son
los primeros en sufrir el impacto de la deforestación. Y ha recordado
que no hay que perder de vista que estas especies "nunca deben ser
puestas en libertad fuera de su área de distribución". "Algunas de las
especies no amenazadas, como la cotorra argentina, pueden llegar a ser
invasoras y se ha demostrado que las aves criadas en cautividad tienen
un potencial invasor mucho menor", ha matizado.
ACCIÓN POR REGIONES
La
investigación apunta a una decena de países donde es urgente actuar
para proteger sus especies de loros, que son Indonesia, Brasil,
Australia, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Papúa Nueva Guinea,
Venezuela y México, y propone líneas de acción por regiones. Señala,
además, que la gravedad del riesgo de extinción está directamente
relacionada con el Producto Interior Bruto (PIB) de los países donde
vive la especie, con mayor incremento de la presión sobre su hábitat en
los países con economías en expansión y un desarrollo urbanístico
emergente.
En la actualidad, existen 398 especies pertenecientes a 86 géneros de Psitaciformes y la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) tiene oficialmente registradas como extintas un total de 16.
EL COMERCIO ILEGAL
La
presión sobre especies de loros cuyo estado de conservación es crítico
se ve agravada por su comercio ilegal en países como España, aunque
desde 2007, y de acuerdo con la normativa europea, el comercio de
especies protegidas puede llegar a ser constitutivo de delito. España
forma parte del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), que asigna cuotas de exportación por especie a cada país de origen.
Sin
embargo, en ocasiones el cupo se supera, lo que puede derivar en
sanciones y suspensiones temporales de exportación, que, al mismo
tiempo, alimentan el mercado negro.
Autor: Cristina Yuste
FUENTE: Agencia EFE verde (07/032016)
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